La Europa del futuro será, nos guste o no, una Europa multiétnica.
(J.Goytisolo)
(J.Goytisolo)
Sí, hoy la prehistórica señora se baja de su gran cama con dosel y orinal de Sèvres, en la que pasa la mayor parte del día dormitando, convoca caprichosa a sus también arcaicas y melindrosas doncellas y pide que la vistan con sus añejas galas. Las dóciles domésticas -que conocen bien a su señora y, además, les excitan las fiestas cortesanas-, se disponen encantadas al vanidoso trance. Y como en las más rigurosas ocasiones, tocan a rebato por la casa tal que si de un incendio inmenso se tratara, sacan de los armarios de su ilustre donna los más rancios satenes, las gasas más añosas, los tules y puntillas más vetustas, los tafetanes y los sombreros del último Ascot, los zapatos de fina cabritilla, los guantes de blonda, los collares y gargantillas de más rancio abolengo, y se preparan para enjaezarla cual a mula de rico en jornada de feria. Todo un ejército laborioso se apresura -manos a la obra- al restañe, apuntalado, enyesado y barnizado, pues que la insigne dueña necesita un buen repaso de chapa y de pintura para estar presentable. Y así sale a la calle la estimable patrona, rígida como un empalado de Valverde de la Vera, digna como una dolorosa en procesión de Viernes Santo; pálida y empolvada como una geisha benemérita; orgullosa como un pavo real en trámite de celo. Así es la vieja Europa.
Y así se comporta ella, como una vieja pedante, miedosa y egoísta; cicatera, pusilánime y hosca. Ceñuda y avarienta se aferra a sus tesoros como si fueran algo inserto entre sus uñas; algo que le perteneciera como el aliento, el sudor, la saliva o la sangre. Sin acordarse que hasta estos jugos, hálitos y secreciones tan consustanciales son tan sólo prestadas. Triste idea esa de llegar a creerse que algo es rigurosa y radicalmente nuestro. Porque el derecho de propiedad no es algo que se consigue por el simple hecho de haber nacido aquí, de ocupar un lugar o esgrimir una historia cual el hincha forofo de un equipo de futbol, que confunde la admiración por las hazañas de su club con los íntimos logros.
Triste imagen la de un gobierno del corazón de Europa deportando a una etnia. Sencilla y lamentable solución la que zanja un problema sin tomárselo en serio y aplicando un método tan burdo y tan expeditivo. Inmensa pista de mediocre circo ésta en la que tanto clown de la alta política distorsiona los problemas graves que plantea su siglo con chistes tan mezquinos, malabares tan zafios y tan poquito ingenio. Y, claro está, con compromiso cero y nula dignidad, y ni siquiera respeto a las leyes que a sí mismos nos dimos. Pero eso, y sólo eso, es lo que hay. Ellos no son más que los próceres que entre todos nos hemos procurado, cuando, dignos, confiados e, incluso, satisfechos, hemos ido a ejercer nuestro derecho y nuestra obligación al soberano voto.
Y así, una troupe de saltimbanquis, bufones, mercachifles, histriones y trileros, de distintas y variadas estafas, ostentan y completan la más alta panoplia de este trasnochado palacio al que seguimos denominando Europa.
Pero si lamentable es contemplar tal espectáculo, tal charanga o desfile de fantoches ufanos, más lamentable aún es ver el modo en que matan al mensajero que no les hace coro. Y es que este cabildo de inoperantes líderes, esta corrala de infames vecindonas, cuando algo o alguien no les levanta el sayo, les toca la esquililla cual monaguillo dócil y les dora la píldora, lo apabullan con su palabrerío vacuo, un rasgado teatral de vestiduras cual brete de opereta, o un altisonante sentido de la ofensa. Es ese el modo que suelen tener de diluir el fondo y quedarse en las formas, pues que de forma y de farsa, de sofismas, requilorios y argucias se construye su éxito.
Hora es pues de gritar a su paso que no nos interesan, que sus mentiras atascan ya nuestros oídos, que su sainete es impúdico e hiriente, que la verdad es mucho más escueta, visceral y sangrante. En fin, que ya no los queremos.
Porque… ¿Dónde están los tan cacareados objetivos del maltrecho milenio?
Fueron 192 los países que se comprometieron en el año 2000 para ser alcanzados en el 2015. Y a día de hoy qué se ha logrado?
Pues veréis: 1.200 millones de personas subsisten con un dólar al día, otros 854 millones pasan hambre, 114 millones de niños en edad escolar no acuden a la escuela, de ellos, 63 millones son niñas. Al año, pierden la vida 11 millones de menores de cinco años (la mayoría por enfermedades tratables). En cuanto a las madres, medio millón perece cada año durante el parto o la maternidad. El SIDA no para de extenderse matando cada año a tres millones de personas, mientras que otros 2.400 millones no tienen acceso al agua potable.
Según Ban Ki-moon, Secretario General de las Naciones Unidas, en su informe anual de 2009 afirmó que de 873 millones de hambrientos en 2006 se había pasado a 1.200 millones.
Según Ban Ki-moon, Secretario General de las Naciones Unidas, en su informe anual de 2009 afirmó que de 873 millones de hambrientos en 2006 se había pasado a 1.200 millones.
Sorprendente, verdad. Reflexionemos, pues, y tomemos postura.
Os invito, con el mayor respeto por el dolor humano, a que veáis el siguiente video.
j.y. (20.9.2010)
(Me gustaría que aportarais vuestros comentarios y opiniones. Estas” notas del día a día” no serán nada si no lo son de todos)
Javier me quedo helada porque hace poco recuerdo haber leído que sin alharacas, pero que se habían reducido a lamitad las cifras de damnificados por el hambre por no decir muertos. Tal vez fuese una comparación más lejana, no se.
ResponderEliminarGracias rey, por tu compromiso extenso y sabio.